Jejeje, puede ser que al fin tenga todo el tiempo del mundo para escuchar ¿no?
Espero no tener que esperar a esto para sentir que alguien hace caso a lo que digo!!
Un abrazo
cuando uno le habla a una lápida, una pared, una ardilla disecada, se habla a sí mismo en realidad. deberíamos escucharnos más a menudo, sincerarnos en voz alta; nos llevaríamos más de una sorpresa. no todas agradables, probablemente, pero
hablar solo es esencial para mantener a raya la locura, aunque debes asegurarte que, efectivamente, no hay nadie. si te ven hablando solo lo mismo te ponen un embudo en la cabeza.
tú me escuchass, yo tengo mucho que contar y nos sobra tiempo en el cementerio..no sé a qué estamos esperando..
prometo no reprocharte nada, esse. sólo escuchar.
soy todo polvo y oídos…
Pues yo eso de pasarme la eternidad bajo una lápida escuchando… No sin un gintonic. O unos cuantos.
Y marihuana.
te acompaño en el sentimiento, pecs. tu ja m’entens…
I tant.
Jejeje, puede ser que al fin tenga todo el tiempo del mundo para escuchar ¿no?
Espero no tener que esperar a esto para sentir que alguien hace caso a lo que digo!!
Un abrazo
mejor eso que comprobar después de muerto que uno era de ésos seres horribles que nunca escucha.
Dr Crane!!
ahí se ha ganado usted una copa de chardonnay.
Saber escuchar es una gran virtud. Lástima que la mayoría tengamos que esperar a la Vigilia Eterna, para aprender a hacerlo.
otra gran virtud es saber poner cara de estar escuchando mientras piensas en tus propios problemas. los grandes escuchadores saben eso.
A BUENAS HORAS ME ESCUCHAS……..
mira que estuve en un tris de hacerme enterrar con los dedos en la oreja, madrileña 😉
Que una lápida te escuche es como hablarle a una pared, vamos, que seguro que no habrá mucha diferencia a cuando estaba en vida… xD
cuando uno le habla a una lápida, una pared, una ardilla disecada, se habla a sí mismo en realidad. deberíamos escucharnos más a menudo, sincerarnos en voz alta; nos llevaríamos más de una sorpresa. no todas agradables, probablemente, pero
hablar solo es esencial para mantener a raya la locura, aunque debes asegurarte que, efectivamente, no hay nadie. si te ven hablando solo lo mismo te ponen un embudo en la cabeza.
Contigo a muerte
joder eari, qué bonito.
ya que vas a ser una tumba, te cuento todo…!
no te dejes nada!
Menudo diálogo esos dos… o tres, no sé.
Casi, casi como los del Gran Buenos Aires, ja!
sos una masa!
(Sonrío)
(pues anda que yo…)