Al anochecer el mar se puso bravo, más bravo que nunca, y devolvió a la playa —una a una— las almas de los marineros muertos, que por una noche (aquella noche de vendaval y horizonte de relámpagos) pudieron reencontrarse con los suyos; y hablaron de sirenas de pezones de cereza y de terneras de dos cabezas, de tesoros hundidos y de susurros de camposanto; sin fuerzas ya para bailar cantaron hasta perder la voz aquella noche de tempestad, cuando las olas trajeron a la playa las almas de marineros muertos, almas en pena que al arrullo de los cuentos de fantasmas y de las hogueras y del ron gozaron de tal borrachera, que casi se les había olvidado quienes eran cuando por sus nombres —uno a uno— los reclamó el mar.
sobre la recherche des temps perdu
Publicado: abril 21, 2009 en inocencia, lápida, microcuentos, sueñoscomentarios
A mi ya me pareció ver alguna sirena, también.
y a mí oírlas…
¿Regresarían todos?.
y cada uno. el mar tiene mucha memoria
Al principio sólo las oyes y luego te ves toda la vida con ella.
a día de hoy no me parece mal plan.
Cuidado con lo que deseas… Son dulces al paladar y puro veneno si las bebes…
pero el pescado azul es condenadamente bueno para la salud, kylerath
Me encantan tus leyendas del mar (espero que me hables más de las sirenas de pezones de cereza).
iba muy borracho stil.
el mar me ha evocado siempre, provocado, tentado allá lejos…
Sirenas y tesoros hundidos. Supongo que hay cosas que el mar sólo muestra a los hombres que ya no van a vivir para contarlo, ni para robárselo.
es una forma terrible y romántica de verlo. me encanta.
igual que el canto de sirena atrae a los hombres a las rocas, el sonido de parranda junto a la hoguera a la vera del mar atrae a las sirenas a tierra.
es imposible cantar mal bebiendo ron.