La niña sin ojos saltaba a la comba calle abajo –cincuenta y siete cincuenta y ocho cincuenta y nueve– dos trenzas negrísimas sobre sus clavículas de mazapán. Se cruzó con el carnicero del barrio que caminaba calle arriba, con la sonrisa franca bajo aquel bigote como un brochazo. Hacía tiempo que sabía que estaba muerto, pero la tienda no se abría sola. La niña sin ojos se detuvo antes de cruzar la carretera, el semáforo estaba en rojo. A su lado un hombre con gabardina dio un paso adelante, con los ojos cerrados. La niña sin ojos lo detuvo con la mano; un furgón de reparto le pasó rozando.
Algo murmuraba el hombre con gabardina justo cuando el piano le cayó encima (potrommmmm; clink, clonk, clink, clank, clonk…), como en los dibujos animados.
-De nada -El semáforo estaba en verde y la niña saltaba a la comba calle abajo –sesenta y cuatro sesenta y cinco sesenta y seis-.
Se cruzó con el chico del kiosko de chuches, que corría calle arriba. Aún no sabía que también estaba muerto.
Je, je, me ha hecho gracia, es grave doctor?
Mejor un piano que un furgón, es una muerte más original. 😀
Me encanta, oscura inocencia…
Una muerte musical y una ciudad de muertos estresados… matan horas a cañonazos, hablan en una lengua muerta y escriben cartas con letra muerta, y sus tierras en manos muertas se mueren de la risa.
Ya sé, me muero de aburrimiento. Ja
nada que no curen dos pintas cada ocho horas, txm…
la yo decía def con dos, kir: pánico a una muerte ridícula
que te caiga encima una caja de caudales llena de telarañas no tiene precio!
ya le vale venir a mi blog a aburrirse, eari. ya le vale…
No se que me ha jodido más… La hijoputez de la niña sin ojos… El destrozo de un instrumento tan delicado… Haber dejado el ramo de las pompas funebres, con tremendo filón disponible…
La niña sin ojos salvó al tipejo de morir arrollado, no sé que le ves de hijoputez a eso…el caballero tenía que palmarla bajo un piano, así que la niña sin ojos le hizo un gran favor.
Kylerath, el mundo funerario no es el mismo sin ti. 😛
la hijoputez del destino, kylerath
todo tiene un destino.
tengo la teoría que el hombre de la gabardina ya estaba muerto, kiram. ya sabes cómo soy 😉
Un pié en la tumba está claro que tenía
Vittt, no vengo a tu blog a aburrirme sino todo lo contrario… solo lo decía porque divago ains
😉 eari
a muchos
lesnos gustaría filosofar lo que usted divaga…Me ha encantado el personaje del carnicero (es que la tienda no abre sola, bien lo sabe) es genial!
Pero me he quedado con ganas de leer más sobre la niña sin ojos 🙂
le tengo especial cariño a este carnicero…
la niña sin ojos, como el viejo samurai o el hombre de las cicatrices, me tienen siempre a su entera disposición; a cualquier hora del día o de la noche, en esta vida o en la otra. para ellos tengo siempre a punto el block de notas. los tres superan mi imaginación. cada intento de forjar una historia por mi mismo,
por mis santos coj, queda en nada. cuando la historia o retazo del cuadro decide revelárseme, lo hace por sí misma. solo me queda transcribirla y tratar de no traicionarla demasiado.es una cura de humildad que agradezco. sufrir hace mayor el gozo.
La niña sin ojos se detuvo antes de cruzar la carretera, el semáforo estaba en rojo. Sublime.
era ciega, no daltónica 😉
Jajajaj, si es que tienes una chispa…