El joven samurai envainó la catana despacio. El sonido le recorrió la espalda como un reproche.
-No eres capaz de matarme, después de todo -dijo la muchacha. La sonrisa fría.
El joven samurai la miró a los ojos por última vez. La muchacha rió.
-¿No vas a decir adiós?
El joven samurai no dijo nada. No volvería a pronunciar palabra hasta muchos años después, cuando en la vejez le pudo el acero y la muerte. El nombre de aquella muchacha fue lo último que de sus labios oirían los vivos, pero ésa es otra historia.
Aquel invierno el joven samurai se dio la vuelta hostigado por un viento gélido, para no ver como ella caía sobre la nieve.
sobre hanako
Publicado: enero 10, 2009 en ella, inocencia, lápida, microcuentos, sangre, viejo samuraicomentarios
Boniiiito. Me encanta saber de vez en cuando algo del samurai.
a mí también 😉
Precioso… Como dijo el Gran Bardo Cabrón:
«Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.»
Vaya, el viejo samurai…
Me encanta, pobre de Hanako que lo vio marchar sin decir adiós. En fin…
grande el gran bardo cabrón…
quizá decir adiós sea algo demasiado definitivo, k 😉
Saludos, coleguilla 😉
Un pasaje chulo y con mucha fuerza visual, me gustó. Aunque también habíendo samurais de por medio, no sé si puedo ser muy objetivo, (el tea me gusta muchisimo)
Un abrazo. Nos leemos;)
a mí me pueden las muchachas de sonrisa fría, palabras
y no soporto las despedidas, así que hasta luego
Un adiós es más definitivo que la muerte??
No creo que Hanako estuviera muy de acuerdo…
vitt, una historia muy intensa, triste, con el ritmo del cine oriental. Muy logrado!
un adiós es un adiós, k. después de la muerte… quién sabe lo que viene después.
Yo prefiero no esperar a averiguarlo
Poco a poco se va desvelando la historia, triste historia del viejo samurai… una vida entregada a la muerte aunque su cuerpo aún se movía por inercia.
Me ha encantado
ya se sabe que con los samurais hay que andarse con cuidado…yo desde que conozco a hattori hanso los respeto profundamente y nunca, nunca jamás les levanto la voz! 😉
Pobrecillo Ronin…
Pues anda que Tom Cruise… Por cierto, ¿no fue el último?.
puede uno desear morir, pero de ahí a ponérselo fácil a la muerte…
se ve que no…aunque bien podría haberlo sido…
Me rindo. Esto es buenísimo. Enhorabuena.
nunca se rinda, breuil, jamás!
Al final la katana manda.